Maus (Art Spiegelman)
Basado en la vida de Vladek Spiegelman, superviviente del Holocausto
Maus es una novela gráfica escrita por Art Spiegelman entre 1978 y 1991. Es un cómic realista inspirado en la vida de su padre, Vladek Spiegelman (judío polaco), durante el ascenso del nazismo y la II Guerra Mundial.
Inicialmente, Maus se publicó en dos partes. La primera (Mi padre sangra historia) vio la luz en 1986 y abarca desde mediados de los años 30 hasta 1944, cuando el matrimonio Spiegelman llega a las puertas de Auschwitz. La segunda parte (Y aquí comenzaron mis problemas) salió en 1991 y se centra en cómo era la vida dentro del campo de concentración, aunque también recoge aspectos de la relación entre padre e hijo.
Paradójicamente, Maus no ha escapado a la censura. Rusia prohibió su venta en 2015 por apología del nazismo al llevar una esvástica en la portada. Y el condado de McMinn (Tennessee, EEUU) lo sacó de la lista de lecturas escolares en 2022 por contener palabras malsonantes y un desnudo femenino, además de cuestionar si algunas de las escenas del libro son aptas para todas las edades.
El primer volumen de Maus salió a la venta cuatro años después de la muerte de Vladek Spiegelman. El protagonista no llegó a ver el rotundo éxito que obtuvo la novela, que tiene el honor de ser -hasta la fecha- el único cómic que ha conseguido llevarse el premio Pulitzer (1992). No obstante, el formato no debe llevar a engaño. Maus es un libro duro que contiene escenas impactantes y no es aconsejable para todas las edades. Cuenta los horrores del Holocausto. Atenuados si se quiere por los dibujos, pero horrores al fin y al cabo.
¿Por qué Art Spiegelman usó animales en Maus?

Para crear Maus, Spiegelman recurrió al antropomorfismo (la atribución de cualidades humanas a algo que no es humano, como los animales). Esta técnica rebaja el impacto de algunos pasajes escabrosos de la historia a la vez que ayuda a identificar de un vistazo los diferentes bandos. A su vez, los personajes son antropomórficos (cabeza animal y cuerpo humano).
En Maus los ratones representan a los judíos, los gatos a los alemanes, los cerdos a los polacos, los perros a los estadounidenses, los ciervos a los suecos (Art Spiegelman nació en Suecia), las mariposas a los gitanos y los peces a los británicos. También aparecen judíos alemanes, que son ratones con el pelaje rayado de los gatos. Y aquí surge otra pregunta, ¿por qué en Maus los judíos están representados por ratones? ¿De dónde surge la metáfora del gato y el ratón?
Los nazis utilizaron varios epítetos para deshumanizar a los judíos y frecuentemente se les comparaba con parásitos o ratas. En 1940 el cineasta alemán Fritz Hippler, adscrito al Ministerio de Propaganda de Joseph Goebbels, dirigió la película Der Ewige Jude (El judío eterno)[R1], una producción que comparaba a los judíos con ratas propagadoras de enfermedades[R2]. La película se distribuyó tanto en Alemania como en los países ocupados.
De otro lado, el Zyklon B en realidad era un plaguicida usado para acabar con las colonias de ratas y otros bichos[R3]. Las ratas tienen una connotación negativa, pero los ratones, tomando en cuenta precedentes como Mickey Mouse o Tom y Jerry, entran mejor. Con estos mimbres, la metáfora estaba servida. Si los judíos eran ratones, a los alemanes no les quedaba otra que ser gatos, pues el gato persigue al ratón. Digo alemanes y no nazis porque no hay distinción entre unos y otros en el libro.
Lo último que afinó Spiegelman fue el tamaño de los personajes. No quería replicar algo como Tom y Jerry para evitar que los judíos suscitasen compasión por su tamaño, así que igualó su altura con la de los gatos. Otro punto para tener en cuenta es que la parte histórica se desarrolla en Polonia, por lo que se trata de judíos polacos[R4]. Para ocultar que son judíos, los ratones utilizan máscaras con las que simulan ser cerdos.
Maus (Art Spiegelman). ¿De qué trata? Resumen por capítulos
Maus arranca en 1958 en Rego Park (Nueva York), donde un joven Artie patina con sus amigos. Hasta que se le rompe un patín, sus amigos se van y regresa llorando a casa, donde está Vladek trabajando en el patio. El niño busca consuelo y el padre aprovecha para cuestionar el concepto de amistad. Según Vladek, sólo en circunstancias extremas conoces a quienes crees tus amigos.
La historia da un salto temporal y nos lleva a 1973. Art Spiegelman tiene 25 años y visita a Vladek tras dos años de no verse. Quiere que su padre le cuente su historia para plasmarla en un cómic. La madre –Anja– ya no está. Se suicidó en 1968. Vladek se ha casado con Mala, otra superviviente del Holocausto. Hasta el fallecimiento de Vladek en 1982, Art le visitará regularmente para indagar sobre el día a día de los judíos tanto en la Polonia bajo ocupación nazi, como en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau (por donde también pasó Ana Frank y en el que se ambienta la ficción El niño con el pijama de rayas).
El libro cuenta dos historias paralelas. Una es la vida de Vladek Spiegelman durante la ocupación nazi de Polonia y los primeros meses de libertad. Y la otra -en tiempo presente- es la relación entre el padre y el hijo, que sólo encuentran un lugar común en el relato del horror nazi. En la introducción a cada parte resumiré la historia familiar inmediata, mientras que el resumen de los capítulos contendrá la parte histórica.
Parte I: Mi padre sangra historia
La primera parte de Maus consta de seis capítulos. Abarca desde los años de soltero de Vladek en Częstochowa hasta su llegada a Auschwitz-Birkenau en 1944.
Cuando Art cuenta a Vladek su proyecto, este lo considera una pérdida de tiempo. Aun así, accede a compartir sus recuerdos con él. La relación entre ambos es complicada, ya que Vladek es una persona difícil de llevar. No sólo tiene mala relación con el hijo; tampoco se lleva bien con Mala, su segunda esposa, con la que discute continuamente por temas económicos. Cualquier cosa que suponga un gasto es inasumible para él. Como dice Art en un pasaje del libro, su padre es un calco de la tradicional caricatura del judío tacaño.
En una de las visitas, Art recuerda la existencia de unos cuadernos escritos por Anja en polaco. Se trata de los diarios de su madre. Mientras Vladek los busca, encuentra un cómic publicado por Art años antes sobre el suicidio de Anja, lo que le mantiene triste por unos días. Finalmente, Vladek recuerda el destino de los escritos de su esposa: los quemó tras su muerte junto a otras cosas que le traían demasiados recuerdos, lo que provoca una airada reacción de Art.
Capítulo 1: El Jeque
A principios de los años treinta Vladek era un apuesto joven que se ganaba la vida con la compraventa de telas en Częstochowa, un pueblo cercano a la frontera polaco-alemana. Allí tuvo su primera novia, Lucía Greenberg, con quien salió durante tres o cuatro años. Pese a la insistencia de Lucía, no llegaron a comprometerse. El motivo no era otro que el vil metal: los Greenberg eran buena gente, pero sin posibles. No tenían dinero para la dote.
Vladek aprovechaba las vacaciones para visitar a su familia en Sosnowiec. En un viaje conoció a Anja Zylberberg, compañera de clase de su prima e hija de uno de los mayores fabricantes de medias de Polonia. Una muchacha menos atractiva que Lucía Greenberg, pero inteligente, sensible… y rica. Vladek y Anja se comprometieron a finales de 1936 y contrajeron matrimonio el 14 de febrero de 1937, yendo a vivir a uno de los pisos que la familia Zylberberg tenía en Sosnowiec.

Capítulo 2: La luna de miel
El inicio de la vida en común no estuvo exento de sobresaltos. Antes de conocer a Vladek, Anja tuvo una relación con un joven de Varsovia al que siguió viendo después de casarse. El muchacho era un comunista al que Anja ayudaba traduciendo documentos del polaco al alemán. Esto motivó una visita policial a casa de los Zylberberg que se saldó con la detención de una vecina costurera. Por supuesto, no fue del gusto de Vladek, quien dio un ultimátum a su esposa: O se despedía de ciertas amistades, o él se marcharía. Finalmente, las aguas volvieron a su cauce.
A instancias de su suegro, Vladek abrió una fábrica textil en Bielsko a mediados de 1937. En octubre de ese año nació su primogénito, Richieu. Pero no todo era felicidad. Anja tuvo una depresión postparto que le obligó a internarse en una clínica checa durante tres meses. Vladek la acompañó. En el viaje a Checoslovaquia vieron ondear la esvástica por primera vez. Y escucharon de boca de otros pasajeros la situación de los judíos en Alemania: despojados de sus negocios, expuestos a ataques callejeros… Incluso había poblaciones que los expulsaban en masa y se jactaban de ser lugares libres de judíos.
De vuelta a Sosnowiec Vladek se enteró de que habían saqueado su fábrica, que reflotó con ayuda de su suegro. En 1939 los Spiegelman vivían en Bielsko con bastante comodidad: la fábrica iba bien, tenían un piso y disponían de niñera y criada. No obstante, los disturbios eran cada vez más frecuentes, por lo que barajaban la posibilidad de volver a Sosnowiec. Sus planes se truncaron cuando Vladek fue llamado a filas. Tenía que integrarse de inmediato en el ejército polaco, así que Anja volvió a Sosnowiec con Richieu y la niñera, y él marchó junto al batallón hacia la frontera con Alemania.
Capítulo 3: Prisionero de guerra
El capítulo comienza con el batallón polaco atrincherado en la ladera de un río poco antes de ser apresado por los nazis. Los soldados fueron llevados a un campo de prisioneros a las afueras de Nuremberg donde se les segregó por razas: a los polacos los metieron en barracones con calefacción y dos raciones de comida diarias, mientras que a los judíos los alojaron en tiendas de campaña y sólo recibían sopa y un trozo de pan una vez al día.
La falta de higiene propiciaba la proliferación de infecciones, cosa que Vladek intentaba combatir bañándose a diario en el río pese a ser invierno. También rezaba y hacía ejercicio. Como no tenían nada que hacer, usó trozos de pan para moldear unas figuras de ajedrez y así combatir las largas horas de tedio. Un día apareció en el campo un cartel de reclutamiento. Pedían voluntarios para hacer el trabajo de los alemanes llamados al frente. Vladek se presentó. Cualquier cosa era mejor que morir de frío y hambre en las tiendas.
Trasladaron a los voluntarios a los barracones de una fábrica alemana donde, por primera vez en dos meses, durmieron en una cama. La comida no varió, pero recibían mayor cantidad. Por contra, el trabajo era muy duro, pues debían nivelar montañas usando sólo picos y palas. Una noche, Vladek tuvo un sueño extraño: Su difunto abuelo le decía que saldría libre el día de la Parashá Terumá[1], como acabó sucediendo. Tras obtener la libertad, los exprisioneros tomaron un tren dispuesto por los nazis que les dejaría en sus respectivos destinos.
Sin embargo, el tren no paró en Sosnowiec ni en el resto de poblaciones anexionadas al III Reich. Los judíos de esos destinos bajaron en Lublin, donde ingresaron en otro campo de prisioneros. Aquellos que fuesen reclamados por familias judías locales abandonarían el campo y los demás serían fusilados, igual que los 600 liberados que llegaron antes que ellos.
Vladek pudo salir del campo gracias a Orbach, un viejo conocido de la instrucción militar. Pasó unos días en su casa mientras pergeñaba cómo volver a Sosnowiec. Finalmente se aventuró a coger un tren haciéndose pasar por polaco (esto es, usando una máscara de cerdo) y ganándose la simpatía del revisor. Una vez en Sosnowiec visitó primero a sus padres, reuniéndose después con Anja y Richieu en el domicilio de los Zylberberg.
Capítulo 4: El nudo se aprieta
En 1940 en casa de los Zylberberg vivían doce personas: Los abuelos de Anja, sus padres, su hermana mayor (Tosha) junto a su esposo (Wolfe) e hija (Bibi), y Lolek y Lonia, hijos de Herman, un hermano de Anja que se encontraba de viaje en Nueva York. Además, claro está, de Vladek, Anja y Richieu.

Aunque la situación había empeorado para los judíos la familia aún vivía cómodamente. El cuñado de Anja, Wolfe, trabajaba en la Gemeinde[2], organización que había recibido donaciones de la familia Zylberberg y que les procuraba raciones extra. Ya no poseían las fábricas[3] y carecían de ingresos, así que tiraban de ahorros y vendían las joyas familiares para obtener liquidez.
Vladek acudió a la calle Modrzejowska, epicentro del mercado negro, y se dedicó a la compraventa de textiles, tal como hizo en su día en Częstochowa. Para poder moverse con cierta seguridad consiguió un permiso de trabajo en una hojalatería. En caso de redada iba allí y fingía trabajar. Como las redadas cada vez eran más violentas, Vladek planteó a la familia esconder a Richieu con el hijo de uno de sus clientes, Ilzecki, pero ni Anja ni sus padres estuvieron de acuerdo.
A finales de 1941 los judíos de Sosnowiec fueron reubicados en el barrio de Stara, aunque aún podían transitar otras zonas de la ciudad. En abril de 1942 la policía detuvo a cuatro comerciantes de telas que hacían negocios con Vladek, ahorcándolos públicamente[4]. Vladek abandonó el textil y se dedicó a traficar con joyas y comida.
Pero los judíos no tenían tregua. En mayo de 1942 se emitió una orden que obligaba a entregar a las autoridades a los judíos mayores de 70 años. Teóricamente iban a Theresienstadt (Checoslovaquia), para ser ingresados en clínicas de reposo. La realidad es que fueron deportados a Auschwitz. Pese a sus intentos por esconderlos, los Zylberberg tuvieron que entregar a los abuelos, ya que la alternativa era que desapareciese toda la familia.
El 12 de agosto de 1942 se convocó a todos los judíos al estadio de la calle Mireckiego con el pretexto de poner al día sus papeles. La mayoría acudieron, ya que necesitaban el permiso de trabajo para eludir la deportación. En el estadio se hizo una selección[5]: quienes eran aptos para trabajar pasaban al lado derecho. Quienes no eran aptos para el trabajo o tenían demasiadas cargas familiares iban al lado izquierdo. Los del lado derecho volvían a sus casas y los del lado izquierdo, a campos de trabajo o exterminio.
Los Zylberberg y Vladek quedaron en el lado derecho. En el estadio estaba también el padre de Vladek con una de sus hijas, Fela (vivía con ella desde que su esposa murió de cáncer). El padre, de 62 años, pasó al lado bueno gracias a un primo que sellaba los permisos en una mesa. A Fela, que tenía cuatro hijos y carecía de marido, la mandaron a la izquierda. Al ver esto, el padre cambió de lado.
Capítulo 5: Madrigueras
A finales de abril de 1943 los habitantes de Stara fueron trasladados al gueto de Srodula, por entonces una pequeña población a las afueras de Sosnowiec. Los polacos de Srodula ocuparon las viviendas de los judíos, que debían pagarles el traslado. La familia Zylberberg consiguió que se le asignase una pequeña casa en la que, ya sin los abuelos, pudieron permanecer juntos.

Así como Stara era un gueto abierto, Srodula era un gueto cerrado del que sólo salían para ir a trabajar. Por la noche los guardias (judíos) hacían el recuento y cerraban el acceso. Un día, la familia Zylberberg recibió la visita del tío de Wolfe, Persis, uno de los jefes del Judenrat[6] del gueto de Zawiercie[7]. Persis había ido para llevarse a Wolfe, Tosha y la hija de ambos, pues consideraba que, gracias a su influencia en el Judenrat, Zawiercie era más seguro que Srodula. Se llevó también a Lonia y a Richieu.
Al poco tiempo hubo una gran saca[8] en Srodula integrada en su mayor parte por niños[9], algunos de los cuales fueron asesinados antes de salir del recinto. Vladek agradeció que Richieu estuviera a salvo en Zawiercie. Pero lo que parecía un lugar seguro dejó de serlo en agosto de 1943, cuando los alemanes decidieron liquidar ese gueto. Fusilaron al Judenrat y deportaron a sus habitantes a Auschwitz. Tosha tenía claro que no iría a las cámaras de gas. Envenenó a Bibi, Lonia y Richieu y luego se suicidó. Ese fue el final del primer hijo de los Spiegelman, aunque no lo supieron de inmediato.
Un poco antes, el 21 de junio de 1943, había comenzado el desmantelamiento del gueto de Srodula. El Judenrat del gueto, encabezado por Moshe Merin, fue deportado a Auschwitz al tiempo que empezaron a organizarse grandes sacas. Los Spiegelman-Zylberberg se vieron obligados a construir búnkeres en los que esconderse. Pasaban la mayor parte del tiempo dentro y sólo salían ocasionalmente para buscar comida. En Srodula hicieron dos, el primero bajo una carbonera y el segundo en el altillo de la casa que les asignaron, donde les descubrió, accidentalmente, otro judío.
Tras ser delatados y capturados por la Gestapo, la familia fue a parar a un recinto de alta seguridad dentro del gueto donde aguardaban los prisioneros que serían trasladados a Auschwitz. Vladek, Anja y Lolek pudieron salir sobornando a unos primos de Vladek, pero los padres de Anja eran demasiado mayores y fueron deportados a Auschwitz, donde murieron en las cámaras de gas.
Vladek, Anja y Lolek volvieron al gueto gracias a Haskel Spiegelman, un primo de Vladek que era jefe de la policía judía del gueto. Haskel tenía dos hermanos: Pesach (también policía) y Miloch, que era zapatero. La mayoría de los habitantes del gueto trabajaban en la fábrica de zapatos y Haskel inscribió como trabajadores a Vladek y Anja (Lolek era electricista). Además de reparar calzado, Vladek hacía otras tareas. Un día le tocó enterrar a la persona que les había delatado. Le habían matado por orden de Haskel.
A finales de 1943 se aceleró el traslado de prisioneros desde Srodula a Auschwitz para liquidar el gueto. Haskel avisó a Pesach y Miloch y cada uno construyó un búnker con capacidad para una docena de personas. Anja y Vladek se esconderían con Miloch en uno de los búnkeres de la zapatería, pero cuando contaron el plan a Lolek, este rehusó acompañarlos. Lolek estaba harto de esconderse y pensó que su trabajo como electricista le ayudaría a salir adelante. Fue deportado a Auschwitz, aunque sobrevivió.
Pasaron unas semanas en el búnker. Un día les visitó Pesach: Había sobornado a los alemanes para que les dejasen salir. Quien colaborase económicamente podría huir con ellos. Vladek y Miloch no lo vieron claro, pero otros integrantes del gueto aceptaron. La mañana prevista para la salida Vladek observó el intento de fuga escondido cerca de una garita. Los alemanes dejaron pasar a los polacos que iban al trabajo y dispararon sobre los judíos, así que Vladek volvió corriendo al búnker. Pasados unos días, cuando comprobaron que el gueto estaba abandonado, salieron a la calle con documentación falsa, simulando ser polacos.
Miloch, su esposa y su hijo fueron a un escondite que tenían pactado. Otro miembro del búnker, Avram, se escondió con su pareja en casa de unos amigos hasta que se les acabó el dinero, les delataron y acabaron en Auschwitz. Anja y Vladek no sabían dónde ir, así que regresaron a Sosnowiec.
Capítulo 6: Ratoneras
A principios de 1944 el matrimonio Spiegelman estaba de vuelta en Sosnowiec, mas no tenía dónde ir. Se dirigieron a casa de Janina, la antigua niñera de Richieu, que los echó de malos modos. Gracias al portero de la antigua casa de los Zylberberg pudieron pasar la noche en un cobertizo. Pero no era un lugar seguro, pues Anja era conocida en el vecindario. A la mañana siguiente Vladek, simulando ser polaco, salió a otear el terreno. Por indicación de otro judío se dirigió al número 8 de la calle Dekerta, donde estaba el mercado negro.
Dekerta 8 era cita obligada para los judíos que vivían en clandestinidad. Allí podían conseguir efectivo, comprar comida sin cupones y encontrar alojamiento. En Dekerta Vladek conoció a Kawka, que tenía una granja a las afueras de la ciudad donde Anja y él se refugiaron por un tiempo. Luego abandonaron Sosnowiec para trasladarse a casa de la señora Monotowa, en Szopienice. Monotowa vendía comida en Dekerta y ofreció a Vladek mudarse con ella y su hijo de siete años. Su marido trabajaba en Alemania y pasaba pocos días al año en casa.
Pero la obsesión de Vladek era abandonar Polonia. Un día, la Gestapo cacheó a Monotowa y le quitó el género que tenía para vender. Volvió a casa muy asustada y echó a los Spiegelman, que regresaron a la granja de Kawka. Esta les habló de unos conocidos que pasaban gente a Hungría[10] y Vladek quiso conocerlos. Se citaron el siguiente jueves, cuando los conocidos de Kawka irían a la granja. Mientras tanto se reconcilió con Monotowa y volvieron a Szopienice.
Tras esconderse unos días en el sótano de Monotowa por la visita de su marido, Vladek volvió a la granja de Kawka para conocer a los contrabandistas. Allí se encontró con Mandelbaum (un confitero muy conocido en Sosnowiec), su esposa y su sobrino, Abraham, que también querían salir del país. Como no acababan de fiarse, Abraham decidió ir primero y escribirles si la cosa salía bien. Entre ellos hablaban yidis[11] sin imaginar que los polacos les estaban entendiendo.
Anja no estaba conforme con el plan de Vladek. Le daba pánico la idea y suplicó a su marido seguir en casa de Monotowa. Pero Vladek fue inflexible. Mientras esperaban la carta de Abraham, Vladek visitó a su primo Miloch para ofrecerle el escondite de casa de Monotowa si al fin ellos partían hacia Hungría.
Al cabo de unos días llegó la carta de Abraham escrita en yidis, tal como habían pactado. Abraham decía encontrarse bien y los animaba a viajar. Pese a las reticencias de Anja y Monotowa, los Spiegelman y los Mandelbaum partieron al cabo de dos días desde la estación de Katowice. Miloch (el primo de Vladek) se mudó a casa de Monotowa con su esposa e hijo. La familia pasó allí los últimos meses de guerra.
Sin embargo, el destino de los Spiegelman y los Mandelbaum fue muy distinto al que imaginaba Vladek. Anja y Monotowa tenían razón: Era una trampa. Los contrabandistas recibieron el dinero y avisaron a la Gestapo, que subió al tren en Bielsko-Biala. Los dos matrimonios fueron detenidos y deportados a Auschwitz donde ya estaba Abraham, que fue obligado a escribir la carta para animarles a viajar.

Parte II: Y aquí comenzaron mis problemas (De Mauschwitz a los Catskills y más allá)
La segunda parte de Maus empieza con Art y Françoise (su esposa) veraneando en casa de unos amigos en Vermont. Art está bosquejando los personajes del libro e intenta decidir cómo dibujar a Françoise (francesa convertida al judaísmo) cuando recibe una llamada de Vladek: Mala se ha marchado de casa y él está histérico, así que Françoise y Art viajan a Nueva York para pasar unos días con él en su bungaló de Catskills[12]. Por el camino, Art expone a Françoise sus dudas respecto al libro y habla de la relación con sus padres y su hermano ausente, Richieu.
En la segunda parte conocemos a un Vladek controlador, extremadamente rácano e incluso racista, como muestra en el pasaje donde Françoise recoge a un autoestopista negro. Su nuera le recuerda el racismo de los nazis hacia los judíos, a lo que Vladek responde que los shvartser[13] son inferiores a los judíos. A Vladek en realidad no le soporta nadie, ni su hijo, ni sus vecinos, ni Mala, ni su nuera. Pero Art no puede desentenderse de él, así que aprovecha esos días para seguir recopilando información sobre el paso de sus padres por Auschwitz-Birkenau.
También vemos a un Art Spiegelman sobrepasado por el éxito del primer volumen de Maus, publicado cuatro años después de la muerte de Vladek. Repasa los últimos días de su padre, ya con un evidente deterioro pese a la vuelta de Mala, que regresa a casa porque en el fondo tiene cariño a su marido y le da lástima abandonarlo en su estado. Ya de vuelta en Rego Park, Vladek regala a su hijo una caja de fotografías familiares que evidencian la soledad que siente.
El final de Maus es la despedida entre padre e hijo. Un Vladek agotado pide a Art que pare la grabadora y le deje dormir. No le llama Artie, le llama Richieu. La última imagen es la lápida que comparten Vladek Spiegelman y Anja Zylberberg.
Capítulo 7: Mauschwitz
En la entrada de Auschwitz-Birkenau segregaban a los recién llegados. Los hombres aptos para trabajar se quedaban en los barracones de Auschwitz, mientras que las mujeres y los no aptos para el trabajo iban a Birkenau. A los prisioneros se les quitaba la documentación. Luego les desinfectaban, les rapaban y les tatuaban el número que, en adelante, sería su identificador dentro del campo.
El identificador de Vladek era el 175113, cifra de buen augurio para los judíos según le explicó un cura polaco. El 17 es k’minyan tov (tov= bueno)[R5]; el 13 es la edad en la que los judíos se hacen hombres[14] y la suma de todas las cifras da 18, que en hebreo es chai, el número de la vida. En situaciones límite vale agarrarse a un clavo ardiendo, y Vladek se aferró a ese 18 cada vez que le flaquearon las fuerzas.
Cada barracón estaba comandado por un kapo por lo general cruel con los internos. Pero Vladek tuvo suerte. El kapo de su barracón era un polaco que quería aprender inglés, y como él lo hablaba más o menos bien[15] lo tomó bajo su protección para que le diese clases particulares. Gracias a eso, Vladek y Mandelbaum obtuvieron ropa de su talla y sortearon algunas selecciones que enviaban a los judíos a hacer trabajos forzados o a las cámaras de gas. Hasta que un día Mandelbaum fue seleccionado por los alemanes y Vladek no volvió a saber de él.
El kapo siguió protegiendo a Vladek. Para evitar las selecciones de los alemanes debía pasar por obrero cualificado, así que entró a trabajar como hojalatero (profesión que había desempeñado brevemente en el gueto de Sosnowiec y de la que tenía alguna noción).
Capítulo 8: Auschwitz (El tiempo vuela)
En la hojalatería Vladek conoció el mercado negro de Auschwitz. Junto a los presos trabajaban polacos de Oświęcim (el pueblo donde estaba el campo) a los que podían cambiar relojes o joyas que hubiesen conseguido pasar por comida. También se intercambiaban cigarrillos (los presos recibían tres cada semana).
Vladek recurrió al mercado negro para caer en gracia al jefe de la hojalatería del campo, Yidl, un judío ruso, comunista, con el que empezó con mal pie, pues conocía su pasado como empresario. Pero a nadie le amarga un dulce, y en el campo se pasaba tanta hambre que Yidl aceptó de buen grado los regalos de Vladek y lo tomó bajo su protección.
Gracias a este trabajo y a una kapo de Birkenau llamada Mancie, Vladek pudo ver a Anja. Birkenau era un lugar mucho más masificado que Auschwitz y la situación de Anja no era buena. Estaba muy débil y desanimada, y su kapo le encargaba tareas que no podía hacer eficazmente, como llevar los bidones de sopa. Si alguno se derramaba, Anja recibía una paliza y las presas se quedaban sin comer. Durante el tiempo que trabajó en Birkenau, Vladek pasó comida a Anja. Se veían de vez en cuando, pero no podían hablar entre ellos.
De vuelta a Auschwitz, Vladek cambió el trabajo de hojalatero por el de zapatero. Al ser un trabajo de interior ya no podía hacer intercambios con los polacos, pero como los nazis le pagaban con comida pudo seguir ganando favores. El kapo de los talleres le contó que estaban construyendo barracones nuevos para trasladar a algunas presas desde Birkenau. Vladek empezó a ahorrar para pagar el traslado de Anja, que consiguió a cambio de 100 cigarrillos y una botella de vodka.
En octubre de 1944 Anja estaba en Auschwitz y cerraron la zapatería del campo. Vladek fue destinado al trabajo negro (forzado) por unos meses, hasta que requirieron sus servicios como hojalatero para el desmantelamiento de las cámaras de gas.
La entrada a las cámaras tenía una apariencia inofensiva. Vladek explica que el recinto constaba de dos partes: Primero los prisioneros entraban a un vestuario ordenado, con indicaciones para no perder sus pertenencias al salir. Luego pasaban a la ducha común, cuya puerta se trancaba desde el exterior. En ese momento soltaban el gas letal, el Zyklon B. Como había tanta gente el gas no actuaba de inmediato, así que los presos se encontraban amontonados junto a las puertas por donde habían intentado salir. Al cabo de una media hora morían asfixiados.
Los cuerpos se retiraban y se llevaban al crematorio. Pero en los últimos meses de 1944 la deportación en masa de judíos húngaros excedió la capacidad de las cámaras de gas. La muerte de estas personas era aún peor: les obligaban a saltar vivas a las zanjas, donde se les pegaba fuego sin esperar a que todos hubiesen muerto. Lo siento, es una descripción dura, pero es lo que cuenta Maus. Que sea un cómic no significa que sea amable.
Capítulo 9: … y aquí comenzaron mis problemas
En enero de 1945 la victoria aliada era inminente y los alemanes empezaron a evacuar los campos de concentración[16] organizando las llamadas Marchas de la Muerte[17]. Vladek, junto a un grupo de presos, organizó un escondite en el interior de Auschwitz con la idea de refugiarse ahí cuando el resto marchara. Pero la idea fracasó al extenderse el rumor de que los nazis bombardearían el campo al abandonarlo, así que se unieron a la marcha que tenía como destino el campo alemán de Dachau.
Emprendieron la marcha a pie. Caminaron hasta el campo de Gross-Rosen, en Breslau, donde pasaron la noche. Al día siguiente partieron hacia un pueblo abandonado que tenía una estación de tren. Embutieron a los presos en vagones de ganado y arrancaron.
El viaje en tren fue tortuoso. A los prisioneros no se les facilitaba comida ni bebida y muchos murieron por deshidratación o inanición. Vladek pudo hacerse una pequeña hamaca a la altura de un ventanuco, lo que le permitió ingerir trozos de nieve que cogía del techo del vagón y que intercambiaba con otros presos por azúcar. El tren hizo una parada larga, de una semana, al cabo de la cual abrieron las puertas para evacuar a los fallecidos. A partir de ahí, cada día abrieron las puertas para sacar a los muertos del vagón. Quedó tanto espacio que los supervivientes podían sentarse en el suelo. Así llegaron a Dachau.
Dachau era un campo más pequeño que Auschwitz donde el tifus campaba a sus anchas por la falta de higiene. Los prisioneros se hacinaban en barracones cubiertos de paja infestada de piojos. Para recibir la ración diaria de sopa debían mostrar una camisa libre de piojos, lo que no era fácil. Vladek se hizo con una camisa de repuesto que mantenía limpia y enseñaba a los guardias para recibir su ración.
Vladek hizo cierta amistad con un francés que le ayudó a sobrevivir compartiendo con él sus paquetes de la Cruz Roja (los no judíos podían recibir paquetes). Días después contrajo el tifus. Como no podía comer, utilizaba su ración de pan para pagar a otros presos que le acompañaban al excusado evitando que cayese al suelo.
Cuando empezaba a recuperarse del tifus, los guardias reclutaron a los presos que se encontraban en condiciones de andar para intercambiarlos por prisioneros de guerra en la frontera suiza. Vladek usó el pan que le quedaba para pagar a dos prisioneros que le ayudaron a caminar hasta la estación y subir al tren.
Capítulo 10: Salvado
En el tren los prisioneros recibieron un paquete con víveres de la Cruz Roja. Bajaron en una población cercana a la frontera, a la que debían llegar caminando. La marcha fue irregular y pasaron mucho tiempo parados. En ese lapso se corrió la voz de que la guerra había terminado. Sin embargo, esto no fue sinónimo de liberación. Los nazis les obligaron a subir a un tren de mercancías que teóricamente les dejaría en el siguiente pueblo, donde estaban los americanos. Pero el tren paró en mitad de la nada. Ante la ausencia de guardias, los prisioneros saltaron del tren y se dispersaron.
No obstante, aún quedaban varios grupos nazis en la zona. Los ya exprisioneros fueron apresados de nuevo por un comando en retirada que les retuvo durante horas en la ribera de un río. Cuando cayó la noche y pensaban que les iban a disparar, se dieron cuenta de que los nazis habían huido. Mientras buscaban refugio, otro comando les encerró en un granero durante toda la noche. Al día siguiente vieron que ese comando también había huido.
Vladek se reencontró en el río con un viejo conocido de Bedzin, Shivek, que le acompañó los siguientes días. Juntos buscaron refugio en una granja cercana al granero. Al día siguiente, ante la proximidad de las tropas aliadas, los aldeanos huyeron de sus casas y Vladek y Shivek quedaron solos en la granja, donde pudieron comer y cambiar sus ropas.
Los americanos llegaron a los pocos días. Integraron la granja en su campamento base y permitieron que Vladek (a quien llamaban Willie) y Shivek siguieran allí por un tiempo a cambio de hacerse cargo de la limpieza.
Capítulo 11: La segunda luna de miel
Vladek y Shivek fueron trasladados a Garmisch-Partenkirchen, una ciudad del estado de Baviera donde se había creado un campo para desplazados. En el campamento recibieron documentación, alojamiento y atención médica. Vladek tuvo una recaída del tifus. Al cabo de un tiempo les dieron los papeles que certificaban que eran libres y pudieron abandonar el campo. Vladek y Shivek viajaron a Hanóver. El hermano de Shivek vivía allí, casado con una alemana que le escondió los últimos años de guerra.
En Belsen había otro campo de desplazados con gran afluencia de judíos, y Vladek fue a buscar noticias sobre el paradero de su esposa. Anja salió de Auschwitz antes que Vladek. También pasó por Gross-Rosen, pero probablemente el destino de su columna era el campo de concentración para mujeres de Ravensbrück, al norte de Alemania.
Ravensbrück fue liberado por el Ejército Rojo el 30 de abril de 1945 y Anja volvió a Sosnowiec. Polonia era un país hostil para los judíos, pues los polacos (que se habían adueñado de sus casas y negocios) seguían matándolos aun con la guerra acabada. Pero como Anja no intentó recuperar las propiedades familiares, los polacos la ignoraron. Iba a diario al centro judío buscando noticias de Vladek e incluso llegó a visitar a una adivina.
Cuando Vladek supo su paradero le mandó una carta con una fotografía para que supiera que seguía vivo, y junto a Shivek, emprendió el viaje de vuelta a Polonia. Tardó casi un mes, pues perdió el tren en el que viajaban y tuvo que hacer solo el camino andando. Finalmente se reencontró con Anja.
El matrimonio Spiegelman solicitó la residencia en Estados Unidos, ya que Anja quería estar cerca del único familiar que le quedaba, su hermano Herman. Mientras esperaban la visa se establecieron en Suecia, donde Vladek se ganó la vida en el comercio textil. Allí nacería su segundo hijo, Art, en 1948. En 1951 les concedieron la visa y se afincaron en Rego Park, un barrio residencial del distrito de Queens, en la ciudad de Nueva York.
Personajes principales de Maus
Vladek Spiegelman
El nombre original sería Władysław Spiegelman, aunque en los registros de Auschwitz aparece como Wilhelm I. Spiegelman y al llegar a EEUU cambia su nombre por William. Judío polaco nacido en 1906. Se casa en primeras nupcias con Anja Zylberberg, con quien tiene dos hijos: Rysio (Richieu en Maus), fallecido en 1943 y Art, nacido después de la II Guerra Mundial. Casado en segundas nupcias con Mala (Amalia Kurland).
Vladek es inteligente, astuto y habilidoso, cualidades que le permiten sobrevivir al Holocausto. Sin embargo, en las distancias cortas tiende a ser controlador, avaro y racista. También necesita sentirse superior a los demás. Como explica Art en un capítulo, odia las reparaciones domésticas y los trabajos manuales por las humillaciones a las que Vladek le sometía cuando cometía algún fallo.
Tras la muerte de Anja Vladek contrae matrimonio con Mala, con quien choca constantemente. Según él, por el interés económico de ella; según ella, porque él quiere una criada 24 horas al día. Vladek trata en balde de inmiscuir a su hijo en las cuitas de pareja. Para Art la presencia de Mala es fundamental, pues le libra de encargarse de Vladek.
Art piensa que la personalidad de su padre se debe a su paso por Auschwitz (opinión compartida por su psiquiatra -Pavel-, que cree que se sentía culpable por sobrevivir), pero Mala niega la mayor: ella misma, así como su familia y los amigos de la pareja pasaron por los campos y -asevera- ninguno de ellos es así. Pese a que el Holocausto es una época de su vida que él prefiere olvidar, Vladek accede a contar su historia a Art y da su conformidad para que la publique.
Art Spiegelman
Según explica en el libro, se hizo dibujante porque Vladek lo consideraba una pérdida de tiempo, y por tanto era algo en lo que no tendría que competir con él. La mala relación con su padre le lleva a estar casi dos años sin verle. Retoma la relación cuando tiene la idea de escribir Maus, aunque lamenta no haberlo pensado cuando Anja vivía, pues era más fácil tratar con ella.
Art está casado con Françoise. Viven en un cuarto piso sin ascensor, lo que Art considera una ventaja porque -explica- la escalera es un obstáculo para su padre y les mantiene a salvo de sus visitas. La relación de amor-odio que mantiene con Vladek se cimentaría en un sentimiento de culpabilidad por haber tenido una vida más fácil que sus padres.
Igualmente tiene sentimientos contradictorios hacia el hermano que no llegó a conocer, pero cuya presencia se palpa en la casa paterna, hasta el punto de que sus padres sólo tienen la fotografía de Richieu en su dormitorio, no viendo necesario tener una suya. Los Spiegelman idealizan al hijo muerto en detrimento del vivo, que lógicamente genera molestias que ya no puede causar el otro. También le mantienen al margen de esa otra vida obviando tratar el tema en su presencia o hablando en polaco cuando están con otros supervivientes.
Otros personajes de Maus
- Anja Zylberberg. Primera esposa de Vladek y madre de Art y Richieu. Hija de un empresario textil, pertenece a una familia acomodada. En general se sabe poco de su vida, aunque parece haber estado gran parte de ella a la sombra de su marido. Sabemos que gustaba de escribir (no paraba de hacerlo en el búnker de la zapatería y posteriormente escribió las memorias que Vladek quemó), pero ignoramos si tenía alguna ocupación además de ser ama de casa. Se suicidó en 1968.
- Richieu (Rysio Henryk Spiegelman). Primer hijo de Vladek y Anja. Murió en agosto de 1943, en el gueto de Zawiercie, envenenado por su tía.
- Amalia Kurland Spiegelman. Segunda esposa de Vladek. Oriunda de Sosnowiec, conoció a los Spiegelman antes de la guerra y se reencontró con ellos en Nueva York. Su matrimonio con Vladek parece obedecer a un doble interés: por parte de él tener alguien que le atienda, y por parte de ella obtener estabilidad económica. Durante unas vacaciones abandona a Vladek, pero luego vuelve con él.
- Françoise. Esposa de Art. Es francesa, aunque se convierte al judaísmo para contentar a Vladek («no hay nada que lo contente», le recuerda su marido). Las veces que Françoise sale en la novela generalmente sirven para que conozcamos el pensamiento de Art respecto de su padre.
Familia Zylberberg
- H. y Matka Zylberberg. Son los padres de Anja. Adinerados, él tiene una fábrica de medias en Lodz que es requisada por los nazis tras la ocupación de Polonia. Deportados a Auschwitz en 1943, mueren en las cámaras de gas.
- Los Karmio. Son los abuelos maternos de Anja. Pese a los intentos de la familia Zylberberg de mantenerlos con ellos, se ven obligados a entregarlos en 1942. También son deportados a Auschwitz y mueren en las cámaras de gas.
- Tosha. Hermana mayor de Anja. Está casada con Wolfe, con quien se traslada al gueto de Zawiercie en 1943, llevándose a su hija y a sus sobrinos. Cuando el gueto es liquidado en agosto de ese año decide suicidarse, matando también a los tres niños. Eligió ese camino para no acabar en las cámaras de gas.
- Wolfe. Marido de Tosha. Muere baleado por los nazis al intentar escapar del tren que le llevaba a Auschwitz.
- Bibi. Hija de Tosha y Wolfe. Muere envenenada por su madre.
- Herman. Hermano de Anja. Cuando estalla la II Guerra Mundial está en una feria empresarial de Nueva York, lo que le libra de vivir el conflicto. Es padre de Lolek y Lonia. Levanta una fábrica de medias en Estados Unidos. Muere en Nueva York en 1964 a causa de un atropello.
- Hela. Esposa de Herman, madre de Lolek y Lonia. Acompaña a su marido en Nueva York cuando estalla la guerra, así que también sobrevive.
- Lolek. Junto a los Spiegelman es el único superviviente de la familia. En el gueto ejerce de electricista. Deportado a Auschwitz, logra eludir las cámaras de gas.
- Lonia. Hija de Herman y hermana de Lolek. Muere envenenada por su tía Tosha en Zawiercie.
Anja tenía otros dos hermanos: Josef, un creativo comercial que se suicidó en 1940, y Levek, que murió en Varsovia durante la guerra.
Familia Spiegelman
- Abraham y Chaja Spiegelman. Padres de Vladek. La madre muere por cáncer en 1940. El padre muere en 1942, cuando, tras la selección en el estadio de Sosnowiec, es deportado a Auschwitz y enviado a las cámaras de gas.
- Fela. Hermana de Vladek. Madre de cuatro hijos (ignoramos si soltera o viuda). Es deportada a Auschwitz tras no pasar la selección del estadio de Sosnowiec.
- Haskel. Primo de Vladek. Miembro de la policía judía del gueto de Srodula, tiene buena relación con los nazis, con los que habitualmente juega a cartas. Sobrevive al Holocausto al lograr un escondite seguro.
- Pesach. Hermano del anterior, trabaja también como policía del gueto. Es asesinado por los nazis al intentar huir del gueto de Srodula.
- Miloch. Hermano de Haskel y Pesach. Es zapatero. Gracias a él, Vladek aprende nociones básicas de zapatería que le servirán más tarde en Auschwitz. Casado y con un hijo, se esconde con Vladek y Anja en el búnker de la zapatería. Más adelante ocupará el lugar de los Spiegelman en casa de la señora Monotowa, donde la familia pasa los últimos meses de la guerra.
- Jakob. Primo de Vladek. Trabaja en el gueto de Srodula. Es el encargado de avisar a Haskel para que libere a los Spiegelman cuando están presos en el recinto de alta seguridad del gueto. Se ignora su final.
Otros familiares mencionados por Vladek son sus hermanos Pinek (emigrado a Israel después de la guerra), Marcus, Moses (fallecidos durante la guerra en circunstancias desconocidas) y León (muerto por apendicitis). Sus hermanas pequeñas, Zosha y Yadja pasaron por Srodula antes de ser deportadas a Auschwitz, donde murieron junto a sus hijos en las cámaras de gas.
Estos familiares, así como los otros dos hermanos de Anja, son mencionados al final del libro, cuando Vladek entrega a Art una caja de fotografías. No se mencionan en otros capítulos.
Otros personajes relevantes (por orden de aparición).
- Lucía Greenberg. Primera novia de Vladek. Salen juntos entre 1933-34 y 1937 aproximadamente. Tras la mudanza de Vladek a Sosnowiec no volvemos a saber de ella.
- La modista. Vecina de los Zylberberg. Cuando la policía va a buscar a Anja, esta esconde en casa de la modista unos papeles que la comprometen. A resultas de ello, la modista pasa unos meses en la cárcel.
- Janina. Niñera de Richieu, vive en Bielsko con la familia Spiegelman. Aunque antes de la guerra dice considerarlos parte de su familia, cuando Anja y Vladek le piden ayuda tras salir de Srodula se la niega. El matrimonio le confía objetos de valor antes de ir al búnker, pero al finalizar la guerra Janina aduce que los nazis los requisaron y no los devuelve. Lo único que recuperan es la caja de fotografías que también custodiaba.
- Orbach. Conocido de Vladek que vive en Lublin. Gracias a él Vladek abandona el campo de prisioneros y puede regresar a Sosnowiec. Se ignora su final.
- Ilzecki. Es un sastre de Katowice, antiguo cliente de Vladek en Częstochowa. Trasladado por los nazis a Sosnowiec, compra a Vladek tela de contrabando. Ilzecki tiene un hijo de la edad de Richieu al que va a esconder en casa de un amigo polaco y propone a Vladek esconder también a Richieu, pero los Zylberberg se niegan. Ilzecki y su esposa mueren durante la guerra, aunque su hijo logra sobrevivir.
- Persis. Tío de Wolfe y miembro del Judenrat de Zawiercie. Acude a Srodula para llevarse a Wolfe, Tosha y Bibi. También se lleva a Lonia y a Richieu. Es fusilado en agosto de 1943, junto al resto de miembros del Judenrat, cuando los nazis deciden liquidar el gueto de Zawiercie.
- Monotowa. Contrabandista polaca que opera en el mercado negro de la calle Dekerta. Al principio, Vladek le compra comida. Pasado un tiempo se muda con Anja a su vivienda. Monotowa está casada y tiene un hijo. Su marido trabaja en Alemania y cada tres meses pasa unos días en Szopienice. Esos días los Spiegelman deben esconderse en el sótano. Cuando Vladek y Anja deciden viajar a Hungría, Monotowa acoge a Miloch y a su familia.
- Kawka. Granjera polaca que vive en las afueras de Sosnowiec. Acoge en su granero a Vladek y Anja en dos ocasiones. Es quien presenta a Vladek a los contrabandistas que teóricamente le pasarán a Hungría.
- Meinka. Polaca, portera del edificio donde está el basurero bajo el que se esconde Miloch (el primo de Vladek) con su familia.
- Los Mandelbaum. Familia muy conocida en Sosnowiec, pues regentaban una confitería. También quieren emigrar a Hungría. Abraham, el sobrino, viaja en primer lugar. Es capturado y obligado a escribir a sus tíos para que acepten el viaje. Los tres terminan en Auschwitz, probablemente en las cámaras de gas.
- Los contrabandistas. Amigos de Kawka, quien probablemente esté compinchada con ellos. En realidad son entregadores. Cuando la Gestapo deja de precisar sus servicios los manda a Auschwitz.
- El kapo. Jefe del barracón de Vladek en Auschwitz. Toma a Vladek bajo su protección mientras éste le enseña inglés. Por su intermediación entra a trabajar en la hojalatería del campo.
- Yidl. Encargado de la hojalatería. Vladek le soborna con comida para obtener su protección. Gracias a él consigue ir a trabajar a Birkenau, la parte del campo donde está Anja.
- Mancie. Húngara. Amante de un S.S. y kapo de uno de los barracones de Birkenau. Vladek contacta con ella para tener noticias de Anja. Durante un tiempo, Mancie actúa de mensajera entre los dos.
- Pavel. Judío checo superviviente al Holocausto. Psiquiatra de Art.
- Shivek. Judío polaco, de Bedzin, conocido de Vladek antes de la guerra. Se reencuentran en las Marchas de la muerte. Shivek acompaña a Vladek en el viaje de vuelta a Sosnowiec, pero Vladek va a buscar agua y en ese momento el tren en el que viajan cambia de vía. Ante la imposibilidad de encontrarlo, Vladek emprende el camino hacia Polonia en solitario.
^ (1) Sección de la Torá que se lee una vez al año. Se encuentra en el libro del Éxodo (Shemot) y abarca desde Éxodo 25:1 hasta Éxodo 27:19.
^ (2) Gemeinde en realidad es una organización o comunidad. En este caso Vladek alude a la organización judía, que aglutinaba toda suerte de asociaciones, escuelas y actividades.
^ (3) Unos meses después de la ocupación de Polonia, las fábricas y comercios de judíos que no viviesen en el lugar fueron requisados por los alemanes.
^ (4) Vladek relata que detuvieron y ahorcaron a cuatro judíos en Sosnowiec y cita a tres de ellos: Nahum Cohn, su hijo Mayer y otro hombre apellidado Pfeffer. También dice que los cuerpos estuvieron una semana sin descolgar del patíbulo. Esto no es correcto. Puede que la memoria de Vladek flaquease o que se trate de una alteración consciente del autor. Lo que sí es verídico es que se trató de castigos ejemplares cuyo objetivo era atemorizar a quienes se buscaban la vida en el mercado negro, ya que retiraron los permisos de trabajo para obligar a la gente a presenciar las ejecuciones.
Nahum Cohn y su hijo Mayer fueron detenidos en Sosnowiec, mientras que a Pfeffer (se ignora su nombre) y Jehuda Warman les arrestaron en una población cercana, Bedzin. Los Cohn fueron ahorcados en Sosnowiec el 13 de abril de 1942 a las 16h, probablemente en la calle Modrzejowska, y Pfeffer y Warman una hora más tarde, a las 17h, en la calle Zawale de Bedzin, junto al cementerio judío. Los cadáveres permanecieron expuestos alrededor de dos horas y media, no una semana como cuenta el libro.
^ (5) La Stadium Aktion que se llevó a cabo en el estadio de Sosnowiec duró dos días y los judíos fueron clasificados en cuatro grupos (en el libro son dos):
- Familias sin hijos (volvían al gueto).
- Jóvenes desempleados sin que hubiese alguna exención familiar (iban a los campos de trabajo).
- Personas mayores, inválidas o desempleadas (enviados a campos de trabajo o exterminio).
- Familias con hijos o que tuviesen miembros desempleados (pasaban una segunda selección).
Cabe añadir que el tercer grupo contaba personas de hasta 70 años, ya que quienes pasaban dicha edad habían sido enviados a los campos de exterminio anteriormente. De las 25.000 personas que acudieron al estadio, 8000 fueron deportadas.
^ (6) La Judenrat era una especie de comité judío que estaba al mando de los diferentes guetos.
^ (7) Zawiercie es una población a unos 40km al norte de Sosnowiec. Su gueto se vació escalonadamente, ya que 500 de sus miembros trabajaban para una fábrica local.
^ (8) Las sacas de presos consisten en apartar a un numeroso grupo de prisioneros de las cárceles o campos de concentración para ejecutarlos.
^ (9) Los niños de corta edad eran llevados directamente a las cámaras de gas por no ser útiles para el trabajo.
^ (10) Aunque al final de la guerra Hungría se volvió territorio hostil para los judíos, en ese momento era un lugar más seguro que Polonia.
^ (11) Yiddish. Dialecto hablado por los judíos de Europa central y oriental.
^ (12) Las colonias de bungalós de Catskills, situadas junto a la región montañosa de Catskills (Nueva York), eran una zona vacacional frecuentada por judíos.
^ (13) En yidis, shvartser es una forma despectiva de referirse a las personas negras. Equivalente al «negrata» castellano o el «nigger» inglés.
^ (14) La mayoría de edad judía se establece en los 12 años para las niñas (Bat Mitzvah) y en 13 para los niños (Bar Mitzvah). Se considera que a esa edad ya han alcanzado la madurez suficiente para asumir las responsabilidades religiosas y participar plenamente en la comunidad judía. Lógicamente, la mayoría de edad legal depende del país en que vivan.
^ (15) En el primer capítulo Vladek dice que tomó clases particulares de inglés, ya que su sueño era viajar a Estados Unidos. Pero no lo hablaba correctamente. La nota de traducción al inicio del libro nos dice que Vladek aún comete errores en el uso de las preposiciones y los tiempos verbales. Estos errores se ven reflejados en la versión en castellano («Era» en lugar de «estaba», «estaban» en lugar de «había», etc.).
^ (16) Había tres tipos de campos de concentración: de tránsito, de trabajo y de exterminio. Auschwitz-Birkenau era una mezcla de los dos últimos.
^ (17) Los nazis pretendían trasladar a los judíos presos en zonas liberadas o próximas a ser liberadas a campos de concentración alemanes. Las marchas obligaban a los prisioneros que podían andar a hacer parte del trayecto caminando. Otra parte se hacía en trenes de transporte de ganado. Los prisioneros enfermos, excesivamente lentos o que por cualquier razón no pudiesen continuar eran fusilados.
^ (R1) Hippler, F. (1940, noviembre 28). Der ewige Jude. https://www.imdb.com/title/tt0156524/
^ (R2) Der ewige Jude. (s. f.). Ushmm.org. Recuperado el 03 de octubre de 2023, de https://encyclopedia.ushmm.org/content/en/article/der-ewige-jude
^ (R3) Museo Memoria y Tolerancia. (s. f.). Org.mx. Recuperado el 03 de octubre de 2023, de https://www.myt.org.mx/memoria_url/campos-concentracion-exterminio
^ (R4) Chute, H. (2014, noviembre 19). Art Spiegelman: El hombre detrás de la máscara de ratón. El Tiempo. Recuperado el 25 de Septiembre de 2023, de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14854416
^ (R5) The Old Wolf. (2014, mayo 12). K’minyan Tov. Playing in the World Game. Recuperado el 11 de octubre de 2023, de https://playingintheworldgame.com/2014/05/11/kminyan-tov/