La máscara de la muerte roja (Edgar Allan Poe)

La máscara de la muerte roja es un relato de Edgar Allan Poe. El escritor lo publicó por primera vez en la revista Graham’s magazine el 5 mayo de 1842 con el título original The mask of the red death a fantasy, unos años más tarde en 1845 la volvió a publicar en otra revista Broadway journal, se ve que no le convenció cómo le había quedado el título que lo modificó un poco, llamándolo finalmente The mask of the red death.

A modo de resumen breve, cuenta la historia de un príncipe que se aísla con sus amigos nobles en la abadía para evitar una epidemia mortal. Durante una fiesta de disfraces, un misterioso invitado vestido como la muerte roja aparece y acaba con el príncipe y con todos los asistentes.

La máscara de la muerte roja: Análisis

Para hacer este relato de terror, Poe se inspiró en algunas de las pandemias que han ocurrido a lo largo de la historia, como por ejemplo la peste negra, que se produjo a mediados del siglo XIV y se llevó por delante miles de vidas. No sabían por qué ocurría ni cómo combatirla, aunque posteriormente descubrieron que la propagaban las ratas, extendiéndose rápidamente. Los salones de la abadía son de diferentes colores: azul, púrpura, verde, naranja, blanco, violeta y negro. Cada color representa una etapa de la vida, representando el primer salón con el nacimiento y el último con la muerte la muerte.

El reloj de ébano nos muestra el paso del tiempo, cada minuto que pasa, es un minuto menos de vida. Se puede considerar como la cuenta atrás del tiempo que nos queda. Nos recuerda que es inevitable la muerte, a todos nos va a llegar. Este reloj recalca a los visitantes de la abadía que están más cerca de ese momento, cada vez que toca las campanas, todo se para, la música, el baile… todos esperan a que deje de sonar para seguir con sus vidas. Cuando el reloj se detiene completamente, todo acaba.

Respecto a los temas principales, son tres: la muerte, la fragilidad humana y el engaño de la seguridad. La muerte es inevitable, nadie puede escapar de ella independientemente del dinero que tenga, también va a llegar al más poderoso. El relato plasma la fragilidad del ser humano, estamos expuestos a cualquier cosa, en este caso una epidemia contra la que no se puede luchar ya que no saben cómo se propaga ni cómo combatirla.

Y, por último, el engaño de la seguridad, Próspero se encierra en la abadía con sus amigos pensando que está a salvo, pero se equivoca, ya que la muerte llega a todo el mundo, no se puede esconder de ella, al final le alcanzará como a todo el mundo.

La máscara de la muerte roja pertenece al género de terror gótico, formando parte de las conocidas Narraciones extraordinarias que fueron traducidas por Julio Cortázar. El ambiente que aparece en la historia es contradictorio, por un lado muestra el exterior de la abadía que es lúgubre y siniestro, donde una epidemia arrasa, dejando muerte a su paso, y por otro lado, el ambiente dentro de la abadía, que en principio es alegre, feliz, hasta que aparece la muerte volviéndolo siniestro.

Para mí, la moraleja de este relato es que pensar que eres invulnerable, que por tener poder y dinero no te va a llegar ninguna desgracia, estás muy equivocado. La arrogancia que demuestra Próspero de que lo tiene todo controlado, de que ofrece seguridad y de que es inmune a la epidemia es lo que le conducirá directamente a ella, teniendo un final trágico.

Resumen de La máscara de la muerte roja ¿De qué trata?

El autor comienza la historia con la definición de una peste mortal conocida como la muerte roja, que se está extendiendo por todo el país dejando muerte por donde pasa. Esta enfermedad es muy rápida, a quien alcanza, tarda en fallecer media hora. Sus síntomas son terribles, dolor fuerte, mareos, sangrado por los poros. Hace que el cuerpo de sus víctimas se llene de manchas escarlatas.

La «Muerte Roja» había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era su encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre. Comenzaba con agudos dolores, un vértigo repentino, y luego los poros sangraban y sobrevenía la muerte. Las manchas escarlata en el cuerpo y la cara de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de toda ayuda y de toda simpatía. Y la invasión, progreso y fin de la enfermedad se cumplían en media hora.Fragmento de «La máscara de la muerte roja»

En ese reino vive un príncipe, llamado Próspero, que le importa bien poco que su pueblo se muera de esta epidemia porque en vez de ayudarlos, decide que lo mejor es encerrarse en su abadía junto con mil caballeros y damas nobles.

La abadía la diseñó Próspero, no escatimó en gastos porque era majestuosa y grandiosa. Estaba rodeada por una grandísima muralla con enormes puertas de hierro. Una vez dentro la cerraron a cal y a canto para que nadie pudiera entrar, pero tampoco nadie pudiera salir. Vamos, para que los pobres de fuera que lo estaban pasando bien mal no pudieran acceder. Dentro de la abadía se lo pasaban de lujo, porque Próspero lo había planeado bien: había bufones, bailarines, música, chicas guapas y vino para estar entretenidos, mientras en el exterior la muerte roja hacía estragos.

Cuando ya llevaban cinco o seis meses recluidos en la abadía, el príncipe organizó una fiesta de máscaras repartida en siete salas. Las salas estaban decoradas de diferente forma y tenían la peculiaridad de que cada una era de un color diferente: azul, púrpura, verde, naranja, blanco, violeta y la última era la más lúgubre, decorada en negro con las ventanas color escarlata, parecía sangre. Esta última sala no era muy popular entre los asistentes, ya que su luz roja creaba un ambiente bastante siniestro.

Y para rematar el aspecto tétrico que presentaba, tenía un gran reloj de ébano que sonaba cada hora de forma estridente, parando toda actividad de los asistentes, la música y el baile se detenían hasta que el reloj dejaba de tocar. A pesar de ese ruido infernal del reloj, la fiesta es estupenda, todo el mundo se divierte. Próspero se ha encargado de supervisar la decoración y los disfraces de los asistentes de aspecto grotesco y espectral. A medianoche, el reloj hace su presencia en la fiesta y todo se para por un momento.

Se dan cuenta de que hay una figura enmascarada que no estaba antes. Esta figura lleva la ropa salpicada de sangre y una máscara que parece un cadáver, parece una víctima de la muerte roja. El príncipe Próspero considera que esto es una ofensa y ordena que le capturen, pero nadie quiere acercarse porque da mucho miedo. La figura sigue su camino por todas las salas, sin que nadie la detenga, hasta que llega a la última. Próspero, enfurecido, le sigue con un puñal en la mano, pero cae muerto al alcanzar a la intrusa.

Los cortesanos intentan detener a la enmascarada y se dan cuenta que no hay nadie debajo de la máscara y la mortaja. En ese momento descubren que han estado frente a la verdadera muerte roja, que se ha colado en la abadía. El final de La máscara de la muerte roja es que todos los asistentes mueren, el reloj de ébano se detiene y las luces se apagan. La reina roja se queda dominándolo todo.

Personajes de La máscara de la muerte roja

Príncipe Próspero: Es rico y poderoso. No le preocupa demasiado la gente, ya que no duda ni un segundo en dejarlos a su suerte. Mientras él se encierra en la abadía con mil amigos para divertirse, el resto tiene que hacer frente a la muerte roja. Lo normal es que hubiera ayudado a su pueblo, proporcionándoles por ejemplo víveres o cualquier otra cosa que les hiciera falta porque dinero tenía, pero prefirió ignorarlos y gastárselo en otras cosas.

Su gusto por lo extravagante y su deseo de rodearse de belleza, lujo y entretenimiento nos muestra el tipo de persona que es: solo le interesa pasárselo bien e ignorar todo lo que pueda provocarle sufrimiento. Piensa que, si se desentiende de la epidemia, no le va a alcanzar. Pero se equivoca, ya que por mucho dinero que tenga y por mucho estatus alto que posea, no se puede librar de la muerte y el destino, a todo el mundo llega, sea rico, pobre, buena o mala persona… es algo inevitable.

Muerte roja: Aparece en el relato como una figura con una vestimenta salpicada de sangre y con una máscara que parece la de un cadáver. Su presencia infunde terror entre los presentes, no pasa desapercibida, todos se apartan de su camino, nadie quiere tocarla. Representa a la muerte, capaz de atravesar cualquier barrera. Es imposible escapar de ella.

Los cortesanos: Al principio se muestran alegres y despreocupados respecto a lo que ocurre en el exterior. Mientras lo demás se enfrentan a la muerte, prefieren mirar hacia otro lado y disfrutar de las comodidades de la abadía y de las fiestas que les ofrece su príncipe Próspero.

Piensan que evadiendo el problema lo van a hacer desaparecer y están bastante equivocados. A medida que transcurre el relato, la cosa cambia, al aparecer el intruso disfrazado como la muerte roja, muestran miedo y se quedan paralizados, no son capaces de detenerlo. Al descubrir lo que representa ese disfraz es cuando entran en pánico porque se dan cuenta de lo que les espera, la misma suerte que al resto de los mortales que se han quedado fuera de la abadía.

Fuentes consultadas

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